domingo, 21 de octubre de 2012

En mi ciudad helada.



Yo, sola, en mi eterna prisión de cristal brindado.
Viendo pasar, bailarinas moverse circundantes por mi mente. Difusas, borrosas, y solo viendo con claridad sus sutiles movimientos. Danzarinas que tientan mi alma.
Me atormento sin saber por qué lo hago.
Acariciar una guitarra, plano detalle remarcando el vibrar de las cuerdas. Audio perfecto para apreciar su punzante sonido. Las manos se mueven ágiles, pero no por ello veloces. Deja que la música te embriague. Imagínala en tu mente, sonando despacio. Las cuerdas en la intensidad perfecta, abarcando toda tu concentración.
Ahora deja ser libres tus manos, que viajan hasta acariciar el amor. ¿Como será su tacto?
Acariciando un orgasmo. ¿Como será el contacto?
Es una explosión, querer vivirla sin la preocupación de perderla en el acto.
Te derrites en mis sueños. Te marchitas entre mis brazos y en bruma te conviertes, siendo solo una sombra de mi ilusión.
¿Porqué se desvanece? Es como un sueño, es como todo aquello en lo que queremos creer. El final del juego está cerca, cariño. He perdido al azar, y es lo que pasa por aceptar retos del fuego; y es lo que pasa por pensar en lo que está vetado.

La normalidad no está hecha para nosotros. Solo la especialidad de tu mirada puede ser la cura, el antídoto de toda desesperación.

Candidata al puesto de los mas penosos. Me encuentro, en lo mas profundo de cualquier lado. ¿Qué importa donde esté, mientras esté conmigo misma? Así nunca me perderé de vista.
Y es que es necesario, tenerte cerca para poder calmar la ira que me provocas.
Y es que es necesario, pero me está matando.

Necesito ese romance que llena almas. Las musas ya en tiempos griegos lo musitaban.
Viajo, parece que el viaje será largo.
Me estremezco, ellas acarician mi cuello. Y yo las correspondo.
Ojala pudiera amarlas a todas. Ojala pudiera yacer en su lecho, simplemente apreciarlas. Ojalá pudiera, ojalá quisiera, ojalá pudiera dejar de soñar.

Eres como música para mis oídos  Oh, mujer imaginaria. Incorpórate. Ven hasta mi y, si lo deseas, esperaré sentada. Revísteme con tu dulzura, dame también amargura; así sabré que eres real.
Baila conmigo. Deja posar mis manos en tus caderas y, completa el circulo que nos separa del resto del mundo.
Se tu, y yo seré yo por siempre. Bésame, y mis labios conocerán lo que es conocerte.
Posso decir em mais linguas, pero no muy correctamente. Lo que cuenta es la intención, ¿no?

¿Por qué todo me lleva a este tema?
Lo que es aun peor... ¿por qué nadie me responde? me siento tan sola.
¿La senda del poeta? me gustaría poder leer los rostros como ellos mis escritos. Entenderlos mejor de los que me entiendo a mi.
Cambiar los registros. Crear historias que sobrecojan el corazón.
Enamorarte, una vez más. Eternamente.

(Tu lo que estás es muy salida) y me río....
Puede ser, pero no deja de ser mi realidad todo esto que siento.
¿Tu que sientes? como me gustaría escuchar cada una de tus palabras. Déjame rebuscar en tu alma.
Que petición más atrevida, ni vergüenza ni nada....

Y mientras yo acariciando mi las notas del piano, en mi cuidad helada.

Nada más

Se acerca caminando, lentamente, escuchando el retumbante sonido de sus pasos.
No se acerca nadie especial, tampoco cree que los vaya a recordar si son de cualquier otra forma.
Las luces poco a poco se van apagando, parece como si todo estuviera hecho a posta.
Sigue caminando, y el sabor amargo en sus labios no se olvida fácilmente.
Distrae su mente con los escaparates, ya fechados. Y cuando cruza la calle no hay coche que la detenga.
Mira al suelo, suspira, pero no cesa.
No sabe porqué camina, no sabe porqué su cuerpo ya no la pesa.
Levanta la mirada y ve su banco habitual. Se sienta y espera.

Ve su forma desde lejos. Está de espaldas. Esperando, como siempre. Pasa un coche, otro, y otro más.
Sigue montando en ellos y a los minutos regresa. Siempre lo mismo. Bajo la luz de la farola, parece como si hasta la luz la pesa. Se tambalea, pero se mantiene en pié aguardando al siguiente caballero de armadura mellada, llevándola al campo donde culminará su entusiasmo apropiándose de un fruto del cual se cree dueño.
Cuesta ver como a veces tiene un ojo oscurecido. Cuesta ver como a veces se sienta como si nunca quisiera levantarse.

-No me gusta esta historia
-A ninguno nos gusta.

lunes, 15 de octubre de 2012

Hoy me siento inspirada

Pueden romper el arte, pueden rayar el arte, pueden prohibir el arte y no enseñarlo. Pero no pueden censurar el arte, ni hacernos dejar de sentirlo.
El arte no es algo físico, no es algo material. Es aquello que sentimos. Puede... quizás.
¿Qué es el arte? tan difícil de definir...
Quizás sea así por un motivo concreto. Quizás el arte no quiera ser definido. Quizás sea algo tan grandioso que no tiene palabras para poder describirlo. Quizás, solo, quizás...
Pero me enigma... quizás soy así de idiota que quiero darle definición a todo. Debo aprender más.
No es necesaria una definición para todo, hay cosas que se definen por si solas. ¿Es el caso del arte?
Y es que puedes encontrarlo donde se quiera.
El arte... el arte es cultura. No tiene nada que ver con la belleza sino con lo que nos hace sentir, sentir de verdad.
Aun que, que no nos haga sentir nada a nosotros en particular no significa que no sea arte. Aun que no es arte para nosotros no tiene porqué dejar de serlo.

Inevitablemente vuelvo a resaltar aquí el arte más preciado para mi. Más que cualquier escultura o pintura.
Las Mujeres.

Como muestra de que el arte no es solo lo convencional.

Quizás

¿Enamorarte a través de las palabras? No es nada difícil.
Me encanta el enigma de lo desconocido. Preguntar podría pero, ¿Dónde está la gracia? Es tan divertido investigar, descubrir, confundirte y sobretodo... soñar.
Es tan fácil enamorarse de una fantasía, de algo que solo vemos en parte. De su arte. Imaginarte sus contornos, preguntarte cómo será.
Mirar el tablón y, sentir curiosidad.

Experiencias

Sentir como si mis dedos fueran burbujas deshaciéndose con el viento. Espuma disolviéndose  Notar como la tierra, la calzada, fuera parte de mi tanto como el resto de mi cuerpo.
No sentir nada, y a la vez sentirlo todo.
Ver como el cosmos y yo somos uno, como todo esta conectado. Ver las redes que nos unen, los lazos que nos entrelazan.
Notar como si lloviese, pero sentir mi ropas secas. Acariciar el aire, deshaciéndome con él.
Golpear a alguien pero realmente no ser consciente de hacerlo. Como si al contacto fuera mantequilla derretida aquello que atravesaba, plumas, la suavidad en persona.