domingo, 27 de enero de 2013

Palabras...

El sueño es vida. El final es solo una cruel excusa que nos ponemos para no continuar, pero tras un fin hay principio. Principio hasta un precipicio con el que jugar a dejar esta existencia. La vida es puro riesgo, una continua apuesta. Apostar por que el alba me ilumine otra mañana, divertirme adivinando cuando veré mi ultimo atardecer.
Destacar tu sonrisa, ya la olvidaba... Tu tez desnuda camuflándose con la sábana, no saber donde empieza o acaba la seda, y tomarme el mal tiempo como una excusa para no salir de la cama. Sentarme en un diván mirando por una ventana desde la que no se ve nada. Bebiendo la sequedad y para ahogar, no solo mis penas, sino también mi garganta. Respirar sin aire, sentir asfixia con una bombona de oxigeno. Distorsionar la realidad, el ritmo, improvisar sin ser visto y hacer travesuras sin ser reprendido.
El miedo nos hace presos, pero el miedo también es preso de nosotros. Fudamentales somos, más el tiempo sigue y no nos aguarda. Presto, corre. Yo prefiero quedarme anclada, y ser barco con tesoros en el fondo de una grieta olvidada.
Dime, ¿quien fue a la esquina aquella noche queriendo probar un dulce? ¿Quien se encontró con la amargura cuando llenó el buche? Los dulces no siempre son tan placenteros, al igual que dar placer cuando se finge el aprecio.
Dime, dama de las sombras que te encuentras en callejones y cambios de sentido hacia un destino desconocido. ¿Como tiene que ser el frío que te hiela? Se que no es solo en la piel, sino en la relación contigo misma lo que mengua.

Tonterias

Sin distracciones, paso una página y luego otra. Las hojas están vacías pero mi imaginación las llena. Un libro en blanco solo es solitario para quien quiere verlo así. Yo lo veo como una oportunidad de poder llenarlo con una parte de mi.
Dame un lápiz y retratare tu hermosura. No soy artista con el pincel, pero quizás, si me das la confianza pueda plasmar tus recuerdos, tus sentimientos, tu ilusión y tu melancolía.
Aun mis manos no son diestras, no como quisiera ser.
El camino que estoy encauzando aun es largo, no veo el final. Solo pido, dame una oportunidad.

sábado, 26 de enero de 2013

Capitulo 1


Un destello que se acercó, impactó contra mi mejilla como una caricia cruel. Mis oídos se quedaron sordos, solo tenía un pitido y un mareo que me acompañó hasta dejarme en el suelo.
Todo estaba borroso, lo único que veía es un túnel oscuro que, de pronto, me cegó. Era una luz blanca, intensa, con la que mis ojos, poco a poco, volvieron a su normalidad. Sentía movimiento, pero aun no escuchaba nada. Veía a tres personas, también iban de blanco y empezé a preguntarme si estaba soñando o en el cielo. ¿Qué importaba? Una cosa u otra, puede haber sido siempre lo mismo y nosotros nos darnos cuenta.
Es ahí donde perdí la consciencia de nuevo, y empecé a ver todo negro.
No se oía nada; tampoco veía, olía o sentía. Era como si formara parte del vacío, pero tampoco sentía frío. Bueno, pensandolo bien si que tenía algo de frío. Me giré para tratar de ver algo más que no fuera negro... o quizás era que me he quedado ciega. ¡Oh, Dios mio!
"No, no... a ver, tranquilízate" Me dije a mi misma en pensamientos "Todo esto tiene que tener una explicación... A ver... ¿yo donde estaba? Estaba... ¡Ah, si! estaba en la carretera, en mi coche, y... Oh, cielos, creo que si que he muerto"
Todo seguía en silencio, seguía girando (o eso cría) por si veía algo y... ¡Bingo! Había una puerta al fondo. Tenía una pequeña ranura en la base que dejaba que se filtrase algo de luz. Fui hacia ella y, giré el pomo.
Esta se abrió con un chirrido. "Qué típico" pensé a la vez que me protegía los ojos con la mano, la luz era muy intensa.
Mis ojos se empezaron a acostumbrar a tanta claridad, o quizás no era tanta y yo estaba en demasiada oscuridad... De todos modos, empecé a ver las primeras siluetas.
Estaba en lo que parecía... una gran claro. Alcé una ceja, algo extrañada, y miré hacia atrás. Di un salto sorprendida y miré con incredulidad el vacío que había tras mis espaldas.
-¿Pero... donde está la puerta? ¡¿De donde se supone que he venido si no había puerta?!
No podía estar más desconcertada. Tras reanimarme un poco de ese impacto desconcertante miré a mi alrededor. La hierba era de un verde muy intenso, al fondo había una hilera de árboles frondosos y entre ellos parecía haber un pequeño lago. Miré en más direcciones pero solo encontraba maleza, era como si me hubiese perdido en un parque nacional. Aquello no se parecía en absoluto al sitio que recordaba por última vez antes de... de lo que no recordaba que me había pasado.
El ambiente era cálido. Miré al cielo y tenía que ser por la mañana. Estaba todo despejado y con un sol oportunamente radiante que me abrasaba las retinas.
Volví a mirar a mi alrededor, por si algo se me había escapado, pero nada, por lo que decidí dirigirme al lago y refrescarme un poco, a ver si me despejaba.
Mientras caminaba, seguía tratando de recordar aquel sitio, pero nada, era incapaz. Una vez habiéndome mojado la cara me levanté y miré, otra vez, a mi alrededor. Nada de nada.
Hasta que, de lejos, vi una silueta entre el bosque y la traté de seguir, adentrándome en él.
Busqué mirando por todos lados pero parecía que la había perdido.
-¿Hola?-dije, alzando la voz, pero no obtuve respuesta. Fue entonces cuando me di cuenta de que me había perdido.-¿Hola? ¿Hay alguien? Quien sea...
Suspiré y me senté sobre una gran roca, abatida. Estaba en mitad de Dios sabía donde sin saber si quiera qué hacía allí. Noté entonces que algo tocaba mi hombro. Pegué un respingo y me alejé, girándome con rapidez. Era una persona encapuchada, llevaba como una túnica marrón, muy parecida a la que llevaban los jedis de star wars.
-Dios... que susto...-dije, poniéndome la mano en el pecho-¿Vienes de alguna convención de star wars?
Aquella persona a la que aun, por la sombra que provocaban los árboles y la enorme capucha, no lograba ver su rostro. Pese a eso, sentí como ladeaba la cabeza con mi pregunta, aun sin respuesta.
-Mmm bien, veo que no eres muy hablador... ¿Al menos podrías quitarte esa capucha?
Unos segundos después, cuando ya creía que aquel tipo me estaba ignorando, se empezó a destapar, mostrándome su rostro. No era un hombre, sino una mujer. Su pelo era largo y lacio, de un rubio cenizo. Su piel era clara, sin imperfección alguna. No llegaba a distinguir bien el color de sus ojos, por la distancia, pero eran grandes y bonitos. Sobre todo eso, bonitos, todo era bonito en ella.
No sé cuanto estuve mirándola, quizás unos segundos, aun que si me hubieran dicho que estuve horas me lo hubiera creído. Su voz me sacó de mi ensoñación.
-Discúlpeme por mi educación, no entiendo bien qué quería decir con eso de star... wors...-hizo una pausa, dubitativa y volvió a mirarme-¿Tal vez seáis forastera? ¿Y qué son... esas prendas...?-las ojeó y enseguida volvió a mirarme-Cautela, entonces, pues os habéis adentrado en un bosque de difícil salida-Miré a mi alrededor, rascándome la nuca.
-¡Eh! ¿Que le pasa a mi ropa? yo no soy la que va disfrazada de jedi-dije mientras me miraba. Iba normal: playeras, vaqueros y una sudadera blanca encima de una camiseta negra.-Si... quizás si que esté algo perdida... ¿En donde exactamente estoy? ¿Es un parque natural o algo así?
La mujer me miró extrañada, casi como si estuviera loca.
-No conozco ese... parque natural... Pero si conozco que habéis entrado en el bosque prohibido del rey y no es bueno caminar entre estos terrenos sin permiso.

-¿Qué? ¿Rey? ¿Qué rey? Venga hombre, tengo mis derechos, además me he perdido.-hice una pausa-Espera y si esto se supone que está prohibido ¿que haces tu aquí? te escapaste de una feria cercana? ¿A qué viene ese disfraz?
-¿Disfraz? No hay festividad alguna para eso...-la mujer estaba tan, o más desconcertada que yo-¿Qué rey? El señor de estas tierras y dueño del reino. Sílvio V el Montero.-volvió a hacer otra pausa, como si se aclarara las ideas-Habláis de forma extraña, mas tenemos que salir de aquí... Por vos me he extraviado de mi ruta común... vengo de cuando en cuando por estas sendas para recoger frutos rojos y ya llevo demasiado tiempo. Presto, debemos marchar, podéis alojaros en mi humilde morada si así lo deseáis pero tenemos que partir de inmediato.
-Vale, vale... ya vamos, venga. Todo esto es muy raro... aun sigo esperando despertar de este mal sueño asi que, venga, te seguiré.
La mujer asintió y comenzó a andar rápido. Me costó cogerla el ritmo pero más o menos pude mantenerme cerca.
-¿Y tu eres de por aquí? Entonces sabrás donde habrá una cabina de telefonos, o si puedes dejarme llamar desde tu casa mejor. Mi familia puede estar preocupada.
La mujer se giró para mirarme raro, fue a hablar pero giró la cabeza veloz hacia la derecha, desviando por completo la mirada.
-Shuu, silencio...
Me quedé quieta por completo, tratando de oír algo, ¿que la había picado ahora?
-Tarde, ya llegaron. ¡Corre!
-¿Qué? ¿Llegaron? ¿Quienes?-dije mientras corría detrás suya.
Torpemente me tropecé "Qué típico" pensé, entornando los ojos. Cuando me fui a levantar escuché el trotar de un caballo. Me giré extrañada y no pude llegar a pasar más miedo. El caballo que había oído estaba prácticamente en cima mía, relinchando y a dos patas, a punto de aplastarme con sus patas delanteras.
Grité y antes de que cayeran sobre mí, mortíferas, me aparté rodando y eché a correr como alma lleva al diablo.
No sabía por donde ir, había perdido a aquella mujer y solo podía pensar en esquivar todos aquellos arboles mientras esperaba que aquel caballo no me siguiera.
Corrí y corrí cuanto pude hasta que, de pronto, sentí un agudo impacto en la cara y caí al suelo de espaldas. Empecé a verlo todo borroso, el cielo seguía despejado pero eran los arboles, y no las nubes, la que ahora lo tapaban casi por completo. Aquellos árboles eran muy grandes, empecé a verlos dobles, después triples y entonces todo se volvió negro.

viernes, 25 de enero de 2013

Tomando el cielo



Tal vez, tal vez el ocaso solo sea un inicio, el amanecer el final. Tal vez los rayos de sol solo jueguen con mi piel, tal vez solo las nubes estén para que las miremos tumbados en la hierba.
Aspirar el dulce aroma del viento y dejar que su frescura rellene tus pulmones. Espira, pero que no sea el ultimo soplo. Suspira, pero de amor; calla, pero de asombro. Escucha el silencio tanto como escuchamos el canto de los pájaros. ¿Alguna vez te paraste a mirarlos? Vidas ajetreadas, vidas vacías. No tenemos tiempo, ¿De qué no tenemos tiempo? ¿No tenemos tiempo de vivir?
Siente como una hormiga, aventurera, viaja a través de el inmenso y fino valle de tu brazo. ¿Como sería verlo todo desde abajo? Es necesario tantp subirse a una montaña sentirse grandioso, como tumbarse en la arena y ver nuestros pasos con detenimiento.
Acaricio el aire con la yema de los dedos e imagino que es tu cuello. Y sueño, y de nuevo me pierdo en una laguna de ingenios que no puedo expresar. 

viernes, 18 de enero de 2013

Cartas extraviadas

Día 0 del mes etéreo del año efímero:

Sin sabor en los labios la amargura brota por si misma. Todo va bien y de pronto... (suspiro). Estoy tratando de canalizarlo todo de la forma correcta. Oh, diosas, ayudadme a tolerar estas ardientes cadenas. Me dejan en suspense ante un precipicio del cual no veo fin. Sin causante de este tormento más que mi propia persona, me hallo entre el fuego y el hielo. Oh, Ares, derrite este bloque pata liberarme, haciendo así que culmine con mi victoria y gane esta batalla.
Oh, dioses... ¿porque verte es motivo de destello? será la aflicción del momento, o por el contrario el sentimiento que me invade al mirar esos ojos oscuros. Ah... ¿que va a ser de mi? ¿por qué te cruzaste de nuevo en mi camino, salpicándome con tu sensualidad? Desequilibrar más lo desequilibrado...
Es como un imán que me absorbe, aturde mi mente y me derriba. Perdí la batalla y ahora me mandaría a surcar los mares, provista del infortunio que quiera atribuirme Poseidón. Y padeceré en mi destierro si es por esa caricia tan sutil, acompañada en su balcón por tu mirada...
Oh... cielos. ¿Volver a pecar? Es inaudito. Nada pasa y me martirizo con un futuro inexistente.
Maldita seas, musa... que rondas a mi alrededor sabiendo que soy débil a tus encantos. El corazón se me sale del pecho solo con tu presencia y... el recuerdo acompañado por tu fragancia trae el resto de esta larga cuenta...
No, no... ¿Dejarse llevar? Aun siento el tacto de las caricias. Tu respirar entrecortado. El movimiento acelerado. Y aun cierro los ojos para disfrutarlo. Casi puedo tocarte aun con estirar el brazo, y rozar con la yema de los dedos tu piel.
Ese contacto... ¿Porqué de una palmada sacaste una caricia? [Palma con palma, es beso del palmero] ¿Por qué adornaste esa caricia con una mirada? ¿Porqué aun te muerdes el labio cuando me miras? Estás prohibida. Así lo dicen los dioses... así lo digo yo.

Att: Sin Identidad.

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Día sin fecha del mes translúcido de un año sin propósito:

¡Hay de mí! Sigo agitada por dentro mientras que mi cuerpo yace en calma, sosegado. Tentador destino que me dejar en vilo, sin pena ni gloria. Tranquila asimilo la situación pero mi cabeza no reacciona. Doy un paso, luego otro y vuelvo a encontrarme escondida en mis penas. Vuelvo a mirar mis recuerdos, pero me asusta más lo que descubro en mi imaginación. Tranquila... solo es belleza. Eso es lo que me trastorna. Este tornado arrastrará devastador mi estado de ánimo. Maldita coincidencia, aun sigo pensando en tu presencia. Oh... maldita sea.
Hablarte no merece sentido. Locura, llévame libre ante la demencia y decidla que seré su más fiel sirviente. Oh, amargura, compañera de tantos momentos, te abandono para irme con el desgarro de mis sentimientos. Miento. Nunca me alejaría de ti, oh amarga realidad, y cuantos nombres desees tener acoplados a tu significado.
Ah, palabras... no servís de nada si la nada ya me conquistó. Yo lo que quiero es el agarre, el agarre de algo mejor...

Att: Sin Identidad

lunes, 14 de enero de 2013

Dilemas

Todos siguen sus vidas, yo por el contrario siento que estoy estancada...
Quiero estudiar. Quiero dejar de deteriorar mi cuerpo y manos con este trabajo y sentarme frente a una mesa, oler el fresco aroma de un libro nuevo y del subrayador. Quiero pasar a limpio apuntes y sentarme en un pupitre junto a tantas personas nuevas por conocer.
Quiero dejar de estar sola y de noche en esos fríos portales. Que la fregona y el cubo dejen de ser mi compañía junto las telarañas. Quiero dejar de tener que soportar a todos esos parados amargados o jubilados sin tiempo ocioso que solo te dicen lo que haces mal aun que sea que tienes la ropa sucia de haber limpiado todo.
Quiero, quiero, quiero... pero querer no es poder. (suspiro)
Dejaré esto, al menos espero  que me de lo suficiente para sacarme el carnet. Pero tengo que empezar a estudiar para poder acceder a lo que me guste.

-(A un trabajo, querrás decir)
-Es un seguro. Solo un seguro.
-(Seguro por el que venderás tus sueños)
-No tiene por qué. Además no los vendo, los pospongo. Aun no estoy preparada...
-(Eso es lo que llevas diciendo toda tu vida)
-No estoy preparada.
-(Eso es lo que quieres creer, así es más fácil.)
-No quiero más discusiones.
-(Ni yo, solo digo que así no llegarás a ser jamás escritora)
-...Aun no tengo el talento suficiente...
-(Tampoco haces mucho para potenciarlo)
-No tengo tiempo, ¿vale? y primero he de aprender de los grandes para poder mejorar
-(¿Tiempo? Ya deberías estar comenzando tus proyectos)
-Si, si... Tengo en mente... pero son tan buenas ideas que... con el pobre dominio de la lengua que tengo aun no alcanzaría el grado que se le merece.
-(Egolatra)
-No es egolatría, joder, estoy diciendo que no soy tan buena.
-(Estas diciendo que aun no quieres escribir historias por que tus ideas son tan cojonudas que no sirve la escritura normal)
-A callar.
-(Osea, que acerté)
-No, no es eso...
-(¿Entonces? Piltrafa, nunca llegarás a nada así)
-Alcanzaré lo que me proponga.
-(Eso habrá que verlo)

domingo, 13 de enero de 2013

Atronador



Escribas que escriben un soneto o una carta. Transmitir el alma por palabra, tras las alas plumadas que en tinta hay que empapar. Entintar el cielo sin taparlo y que la luz nos llegue a todos por igual sin escondernos ni mostrarnos.
Ciudad de valientes, ciudad de traidores. Desde el principio intentando ser mejores. Avanzando con sus tropas, conquistando y mientras tanto, los gladiadores dando espectáculo.
Ciudad de locuras, ardieron cristianos y ella misma mientras la lira sonaba desde su monumento. Muchos aspectos, grandiosos líderes sepultados bajo tierra, ya solo son susurros. Aligerando, las musas ya cesaron su canto y es que esta civilización solo es el legado de tantos soñadores, embaucadores que se dejaron seducir por el encanto del oro y la plata, con el sudor de todo aquello que encontraban.
Maravilla viviente, si las rocas pudieran hablar... La sangre ya es de todos, aun sigo saboreando la frescura de su manantial. Ciudad de gigantes, destruida por su propio interés, saqueada por comerciantes y sin embargo firmes estatuas nos revelan que hubo un antes. Y era esplendido, vivir siendo un ciudadano romano. De sabiduría y arte estaríamos dotados. Tus pequeñas callejuelas muestran toda su historia y que la vida sigue, sigue, avanza sin demora.
La vegetación es parte de tu entorno. Ni la piedra ni el metal prescinde de fundamental adorno, aventajado, observar el ocaso desde tu mirador y sentirse el señor de todo lo que está debajo.


(Foto hecha por mí desde el mirador de la Piazza dil Popolo)

jueves, 10 de enero de 2013

Distancia

Y en la distancia, el reflejo translucido deja que me abarque la calma. Sin armadura ligera, solo una triste daga. Acariciando a las Hadas, que juegan a mi alrededor sin ver el dolor que mis ojos esconden. Y es tan triste, desde el albor mis cimientos levanto en las nubes. Llueven ladrillos, son mis castillos; tanto sueños y tan poca pena. No vale tanto, no vale nada.

sábado, 5 de enero de 2013

Ni caso a lo que escriba...

Renaciente del suspirar de un moribundo. Caminante ante la incapacidad del sendero. Los dioses, tan lejanos; el suelo, sin embargo, tan cerca de nosotros.
No habrá bardos más que narren logros. Ni titanes contra los que luchar por causa justa.
El milagro es una estrella fugaz que se marchita sin momento a la petición de un deseo, y la esperanza lo único que sustenta unas bases atrofiadas.
Desde el lejano momento del eclipse, nosotros dejamos de ser hombres, para convertirnos en espectros. Mas el camino del espectro es más acertado. No habrá lugar para el que tenga sentimientos, tampoco para el que lamente haberlos perdido. No hay pensamiento para lo pasado, está vetado, está prohibido.
Y nunca más oiremos el cantar de los ruiseñores. Los grillos se silenciarán para siempre.
El magma fluirá desde las entrañas de los volcanes y en ceniza se tornará lo que un día fue nuestro hogar.
Y el apocalipsis llegará para envolvernos. Y las tinieblas nos sumirán con su cólera. Y los pecadores caerán en una horca donde sentirán ahogo, pero no hallarán muerte alguna.
Lo sabréis, yo lo se; Una de ellas soy yo.